No sé
esto de Europa,
cómo ha sido,
desde que éramos tribus
hasta ahora, mimados y azules
que usamos pañuelos con perfume,
... no sabría decirlo,
con vallas en la frontera
para que no entren los africanos.
Desde que Parménides y Heráclito
nos afinaron el pensamiento,
desde que nos enseñaron a discurrir,
cuando había Esclavos y quemaban
a los Impíos...
Yo quería hacer un poema.
Desde entonces
Vamos por los soportales
para protegernos del agua nieve
y de las viejas ramas mojadas
de los chopos,
de los chopos por la noche
a la luz de las nubes
en el camino de vuelta.
Fueron los filósofos
quienes primeramente nos engrasaron,
y luego toda aquella gente que
discutía
para hacer esta cosa, Europa
A lo largo del cuchillo de la historia.
Nos enseñaron a ser de cierta manera
hasta que llegó 1914.
Porque hasta aquí éramos monárquicos,
sumisos, resignados, obedientes.
A pesar de la Música y del Arte, en estas tierras
había hambre...la vida dura etcétera.
Y se pensaba que el hombre era bueno y decente.
Agua de cien años
Cuando vienen las nubes de Septiembre
me acuerdo de las
madres de aquel verano,
de los " poilus " que morían por capricho
del zar y de los emperadores,
esos con cascos plateados-
eran primos hermanos,
que tomaban sorbetes mientras recordaban
a la abuela Victoria, mientras jugaban
a la guerra, mientras movilizaban a sesenta y cinco
millones de hombres y mujeres,
que eran
como esos muchachos y muchachas
que hoy ríen y hablan
en las aceras.
Han pasado cien años.
Con el trueno de agosto
un susurro esplendoroso
de presagios trae el viento,
mojando el aire y agitando
las hojas. El roble bajo
los primeros relámpagos
y los cuervos del chopo seco
oteando el llano.
En el camino de los grillos,
silencio,
el roce de los tallos,
el crujido de las ramas, la tierra
y la hierba en los torbellinos,
ese desorden que viene de antaño,
esa tormenta que viene.
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